Kryptowire,
una firma de seguridad, ha identificado recientemente varios modelos de Android
que tenían preinstalados softwares permanentes, conocidos como firmware, que
permiten un acceso no autorizado a datos e información personal,
incluyendo mensajes de texto, geolocalización, la lista de contactos, y el
registro de llamadas, y las transmite a una tercera parte, un servidor en
Shanghái, China.
Sin
el consentimiento de los usuarios, el código puede sobrepasar los permisos de
Android. Esto permitiría a cualquiera interesado en datos de usuarios de móvil
–desde funcionarios del gobierno hasta hackers maliciosos– a ejecutar comandos
de forma remota con privilegios del sistema, e incluso reprogramar los
dispositivos.
El
firmware fue desarrollado por la compañía china Shanghai ADUPS Technology
Company. ADUPS confirmó el informe con un comunicado explicando que el software
era una “solución” a la demanda de los fabricantes de móviles chinos de “evitar
mensajes y llamadas basura” en respuesta de las demandas de los usuarios. Decía
que los mensajes recolectados serían analizados para “identificar mensajes
basura” y “mejorar la experiencia con el teléfono”.
La
investigación de Kryptowire revela que la información recogida estaba protegida
con múltiples capas de cifrado y era posteriormente transmitida a través de
protocolos web seguros a un servidor localizado en Shanghái. La transmisión de
datos se daba cada 72 horas para los mensajes de texto y los registros de
llamada, y cada 24 horas para otros datos de identificación personal. (Lea "¿Cómo mejorar Twitter? Que lo compren los
usuarios")
ADUPS
explicó que el firmware “acostumbrado” fue accidentalmente colocado en 120.000
productos móviles de una fábrica de móviles estadounidense BLU Products.
Después de que BLU abordase el tema, ADUPS explicó que el software no estaba
diseñado para los móviles estadounidenses y desactivó el programa en los
móviles de BLU.
La
noticia ha sido ampliamente comentada en los medios extranjeros, ya que AUPS
está entre los mayores proveedores FOTA (Firmware por el aire, literalmente)
del mundo. La compañía provee una plataforma en la nube para la administración
de dispositivos móviles a más de 700 millones de usuarios activos en 200
países, el equivalente al 70% del mercado global, ya que trabaja codo a codo
con las mayores fábricas de móviles baratos, ZTE y Huawei, ambas con base en
China. Sólo en 2015, Huawei vendió más de 100 millones de smartphones.
Los
internautas chinos no se han sorprendido con las noticias. Noticias sobre
softwares espía preinstalados en marcas chinas de móviles han circulado durante
muchos años entre las comunidades de habla china, tanto en el propio país como
en el extranjero. En 2014, la Revista de Android de Hong Kong informó de que
los móviles de Xiaomi diseñados para mercados extranjeros se conectaban
automáticamente a una IP de Pekín, y que todos los documentos, SMS y registros
telefónicos, y vodeos descargados estaban siendo transmitidos a un servidor
pekinés.
En
2015, una compañía de seguridad con base en Alemania, G-Data, también se encontró
con que al menos 26 marcas Android de móvil tenían preinstalados softwares
espía en sus dispositivos. Los tres mayores fabricantes de smartphones chinos,
Xiaomi, Huawei, y Lenovo estaban en la lista.
La
recientemente aprobada Ley de Ciberseguridad ha proporcionado base legal para
las operaciones en las que no se tiene el permiso del usuario para acceder al
móvil. La ley requiere “operadores de infraestructura de información crítica”
para almacenar la “información personal y otros datos importantes” de los
usuarios.
Otras
leyes, como la de Protección al Menor (todavía proyecto de ley), también
requieren que las compañías de hardware preinstalen softwares de vigilancia en
dispositivos de comunicación, y legalicen enfoques específicos para tratar la
adicción a internet, todo ello en pos de proteger a los niños.
Además
de la vigilancia de datos privados, como pide la ley, los usuarios de Android
chinos descargan regularmente aplicaciones desde tiendas de aplicaciones de
terceras partes no oficiales, ya que Google dejó China en 2010. Estos Android
markets están repletos de apps que contienen malware que puede robar y
manipular los datos personales.
El
16 de noviembre el New York Times informó que las autoridades estadounidense
dicen que no está claro si se trata de una recopilación secreta de datos
con fines publicitarios, o un esfuerzo del gobierno chino para obtenerlos.
En
respuesta a las noticias, muchos internautas chinos señalan que el uso abusivo
de datos personales, y la vigilancia del gobierno se ha convertido en la norma.
*La
versión original de este texto fue publicada por Global Voices. La traducción es de Andrea García. Licencia Creative Commons.
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